Wataru ohashi pdf
Debe aprender a ver las cosas buenas que tiene y las grandes cosas que ya ha realizado. Todos se quedan maravillados ante esto. Este es el poder que resiste, construye y finalmen- te triunfa en la vida.
Enfermarse es signo de salud. Todo el mundo lo marcaba como a un hombre enfermo. Yo le di esperanzas y resultaron ciertas. Se puso bien. En todo existe la paradoja. Queda poca o ninguna esperanza por- que no hay motivos para la esperanza. En consecuencia, no podemos aliviar el sufrimiento. No quiero decir que Oriente sea mejor que Occidente. Creo que am- bos son esenciales para la totalidad. Mi actitud de principiante me asegura que siempre voy a aprender. Soy siempre el es- tudiante del cambio.
Cuando miro los rostros de otras personas, veo sus condiciones cam- biantes y aprendo de sus rostros y posturas, de su manera de caminar, hablar y gesticular. Mientras estamos vivos, aprendemos. Por lo tanto, siempre hay alum- nos. Nuestra capacidad para la diagnosis oriental depende exclusivamen- te de nuestro desarrollo personal como seres humanos.
La vida nos va a sorprender continuamente con nuevas reve- laciones y conocimientos. Muchos europeos orientales tienen la nariz larga y el pelo rizado.
Muchos suecos tienen la piel y el ca- bello claros. Hay africanos que tienen la piel negra, los ojos oscuros y el pelo rizado; muchos tienen labios gruesos. Los italianos del sur tienen la piel y el cabello oscuros; muchos tienen la nariz grande, llamada romana. La paradoja se pre- senta en todas las cosas. El cerebro tiene hemisferios izquierdo y derecho, y cada uno realiza funciones complementarias.
Un hombre pobre tiene la posibilidad de hacerse rico, una persona en- ferma puede convertirse en sana; una persona sana puede enfermar, un hombre rico convertirse en pobre. Todo problema puede convertirse en ventaja. Esta sola actitud es la respuesta. La actitud ante la realidad puede constituir la base para el cambio positivo. La realidad es la realidad. La manera en que miramos el problema determina la for- ma de tratarlo.
Cambiamos de actitud y vemos el problema bajo una luz diferente. Apenas me entero de lo que dice la gente. Estoy solo. A nadie. No soy prisionero de sus consejos ni de sus expectativas. No estoy limitado por los lazos de la familia ni por la estructura social. Soy libre. Vi esos problemas bajo su verdadera luz: como mis oportunidades.
El Instituto Ohashi es muy apreciado en todo el mundo. Los problemas son las semillas de la buena fortuna. Nos ofrecen la opor- tunidad de conocernos a fondo. Hemos de saber explotarlos para poder triunfar en la vida. No tienes esperanza. Pero comprender eso puede hacernos felices. Si de verdad te sientes desesperado, entonces todo lo que logras hacer es positivo. Cuando esperamos demasiado no somos capaces de apreciar nada, ni siquiera a nosotros mismos.
Ha hecho un trabajo fabuloso. Estos tres aspectos de la vida huma- na son uno. En lo micro pode- mos ver lo macro, y en lo macro podemos ver lo micro. Esto significa que en cualquier parte del cuerpo podemos ver el funcionamiento del todo.
La unidad de la vida es pasmosa. Nos conduce a la fuente de la vida, que es la divinidad interior. En Oriente el cuerpo humano se considera una unidad delicadamente equilibrada compues- ta de partes interdependientes. Y no olvidemos un punto muy impor- tante: el todo es mayor que la suma de sus partes. Un diagnosticador oriental considera que estos tres dominios for- man una sola unidad.
El sanador, o sanadora, oriental, por lo tanto, es como el director de una orquesta. Las mismas palabras pueden tener significados distintos en las diag- nosis occidental y oriental.
Los pensamientos son invisi- bles, pero si se lesiona el cerebro, disminuye la capacidad de pensar. La mente oriental piensa de una ma- nera holista e intuitiva, en cuanto opuesto a una mente racional y seg- mentada.
Para el oriental, la vida es un cuadro en el cual todos los elementos son importantes para el conjunto. En cuanto se suprime cualquier ele- mento, se altera totalmente el cuadro y se crea uno nuevo.
La diagnosis oriental depende totalmente del contacto persona a per- sona. El papel del sanador oriental es pasivo y fortalecedor. Miramos el cua- dro completo, la persona en su totalidad. La diagnosis oriental es como la vida: imprecisa. Nuestro trato con el enfermo es afable y maternal. Ayudamos al enfermo a ponerse bien.
Es aprender a favorecer la calidad y arte de la vida. Se subraya la objetividad. Normalmente no se preocupa por la causa subyacente al dolor de cabeza. Considerar el cuerpo de esa manera tan fragmentada tiene sus conse- cuencias. Las diversas especialidades se autoexcluyen mutuamente. Pero esos medicamentos le causan una enfermedad renal. El pa- ciente va al especialista del bazo, quien le receta medicamentos que hacen desaparecer el problema del bazo, pero le provocan trastornos digestivos que acaban con su vida.
Cada especialista dice: «Lo he con- seguido», pero el paciente ha muerto. Bo Shin. Ver u observar a la persona. Setsu Shin. Tocar al paciente, palpar su vida. Mon Shin. Bun Shin.
Pero pronto veremos que ni siquiera esto es acertado. De ninguna manera es usted superior a ella. Por el contrario, agra- dece que esa persona haya acudido a usted. Es una experiencia que lo hace humilde. La persona se sienta frente a usted. Usted la observa hablar, y mien- tras tanto usted debe vaciarse. Permita que esa personalidad se imprima en usted, que su fuerza vital influya en usted. Al hacer esto ha dado el primer paso en apertura y receptividad hacia otro ser humano.
No queda nada que le impida comprender completamente a esa persona. Si ha visto usted a una persona dormida, sabe cuan cierto es esto. En realidad, las personas no son conscientes de sus cuerpos durante la mayor parte de su vida de vigilia. De ese modo la veo actuar de manera natural y bajo una luz clara. Cuando la persona se abre y se relaja, tomo conciencia de lo que sien- to por ella.
Mis sentimientos surgen desde mi interior en cuanto co- mienzo a percibirla como un todo. Dejo de ver los detalles de su cara o ropa. Miro el cuadro completo. He venido justamente para eso».
Entonces ya puedo continuar con el siguiente paso. Se la aprecia con mucha profundidad, reconociendo cada matiz, cada pista hacia su ser interior. Para llegar a ese punto de vista es necesario crecer como persona; para apreciar verdaderamente los puntos sutiles de la persona es necesario elevar la propia conciencia. Es esto muy parecido a apreciar las bellas artes. Lo mismo ocurre con la diagnosis. Estrechar las manos es un ejemplo de Setsu Shin. Eso es Setsu Shin. Siento su ser.
Es como si introdujera mi vida en su vida. Palpo su ser completo. Toco la vida, lo que no podemos tocar. Mis dedos y palmas se convierten en mis ojos. Hay que estar abierto y sensible a la persona. Suelo decir que la persona que diagnostica es la persona diagnosticada. Los fallos de la persona que diagnostica limitan su capacidad para comprender a la persona a quien se desea ayudar.
La culpa no es del paciente sino de quien diagnostica. Buscar aquellos aspectos que la persona evita, detectar los temas sensibles para ella por la manera como se refiere a ellos. Por ejemplo, cuando resta importancia a un tema serio, o se desli- za por la superficie de otro que parece significativo.
Mientras la persona habla, observe si hace muchos gestos faciales o movimientos con las manos. Observe el len- guaje corporal a la vez que escucha atentamente lo que dice. Palpe suavemente con las preguntas, pero si nota que la persona elude un aspecto, no la culpe. El objetivo es ganarse la confianza de la persona para po- der ayudarla.
Bun Shin Definir Bun Shin como «diagnosis de escuchar» puede inducir a error. Lo que quiero decir con «escuchar» es entender la calidad de la voz de la persona. Si se percibe debilidad en la voz, probablemente procede de la garganta.
Algunas voces proceden de los senos nasales o de la par- te superior de la cabeza. Un paciente puede tratar de ocultar sus verdaderos sentimientos, pero la voz lo delata. No se puede oler algo que emana del cuerpo de otra per- sona cuando del propio cuerpo emana lo mismo. Estas personas suelen cubrir sus cuerpos con potentes desodorantes, perfumes y colonias. Los desequilibrios hormonales pueden producir mal olor, como lige- ramente a quemado, provocado por la grasa y el amoniaco que son la causa de tal desequilibrio.
Tenga presente que cuando diagnostica a una persona, usted entra en su mundo privado. La diagnosis oriental es un arte deli- cado que debe practicarse con respeto hacia los seres humanos y a su derecho a la intimidad.
En general, la fuerza yang hace que las cosas se contraigan o se acer- quen a la Tierra. La gravedad, por ejemplo, es yang. A esta fuerza la llamaron yin.
Cada uno de nosotros poseee grados de yin y grados de yang. Muchas personas poseen yin y yang en grado extremo. Los jugadores de balon- cesto constituyen un buen ejemplo de esto.
Son altos, pero de huesos grandes, muy fuertes y activos. Todo en el cuerpo humano funciona gracias al yin y el yang. Una de las leyes de la diagnosis oriental, que voy a repetir a lo largo de todo el libro, es que lo macro se puede ver en lo micro. El yin y el yang hacen esto posible. La cara, por ejemplo, tiene una parte yin y una parte yang. Lo mismo ocurre en el resto del cuerpo. Por ahora, es importante saber que el cuerpo es una totalidad, un sis- tema integrado.
Ninguna otra parte externa del cuerpo revela con tanta clari- dad los cambios sutiles interiores. Con una simple mirada, la cara puede decir una infinidad de cosas, sin pro- nunciar una sola palabra. La cabeza incluida la cara y las orejas es el centro sensorial del cuer- po. La cara es sincera. Revela la verdad de nuestro interior.
Estos principios no son necesariamente los que reconocemos te- ner. Percibi- mos estas cosas aun cuando no sabemos nada de la persona a la que es- tamos mirando. No hay ma- nera de expresar esa realidad de manera adecuada. La creatividad del Universo es pasmosa. Cuando voy por la calle en Tokio, me sorprende la unicidad y complejidad de las caras japonesas.
Y, sin embargo, no hay dos caras iguales. Cuando uno va por una calle en Nueva York, se ve frente a un arco iris de colores de piel, nacionalidades, estaturas, pesos y formas. La mente alucina.
La respuesta es: la ley invisible que da forma al Universo. Constituye el funda- mento real de la vida. En Occidente, por supuesto, se le da el nombre de Dios.
Lo que podemos describir es la ley por la cual se rige. En Oriente llamamos a esta ley yin Y yang. No hay naturalezas malas ni rasgos constituciona- les malos. La frente es alta y ancha. La per- sona yin tiene ojos grandes y cejas redondeadas que suelen arquearse ha- cia arriba por encima de la nariz y bajar hacia los extremos de la cara.
Las cejas suelen estar bastante separadas. La cara yin suele ser estrecha. Una persona yin raramente es obesa. El tipo yin rara vez se encuentra en el medio. Los tipos yin son muy sensibles, so- bre todo ante sus propias emociones. Aunque suelen ser personas muy emotivas, tienen cierta dificultad para expresar sus sentimientos.
Tienden a quedarse atrapadas en su pasado, sobre todo en los acontecimientos do- lorosos. Tienden a ser introvertidas. Las personas yin tienden a orientarse hacia la espiritualidad. Estas personas han de esforzarse mucho para conseguir el equilibrio. Si no reconocen esa necesidad y no toman las medidas necesarias, van a sufrir problemas de salud. La nariz es ancha, con ventanillas abocinadas. La frente puede ser desde normal a estrecha. La cara yang tiende a ser roja; ocasionalmente aparecen venas en la superficie de la piel alrededor de los ojos o de la nariz.
Disfrutan particularmente de los platos condimenta- dos y suculentos. No lo necesitan; les gusta todo lo que comen. Su cuerpo es fuerte, con frecuencia musculoso, pero tiende al sobrepeso. Las personas yang son demostrativas en el amor.
No tienen problemas para mani- festar sus sentimientos, sean de amor o de rabia, y si se irritan lo sufi- ciente pueden llegar a ser violentas. Es posible que las personas yang no siempre tengan gran sensibilidad.
A muchas personas, sobre todo a las yin, les parecen francamente insensibles. Pueden ser bruscos e imperiosos, e incluso brutales. Deben evitar convertirse en matones. A las personas yang les aconsejo que eviten la arrogancia, la agresivi- dad excesiva y la ira.
En la cabeza del A. Evidentemente, nosotros tenemos el cerebro considerablemente desarrollado a pesar de las pruebas que apuntan en contra y una frente muy recta. Recordemos que una de las leyes cardinales de la diagnosis oriental es que lo macro se puede ver en lo micro. La cabeza de la figura queda dibujada en la frente, la columna en el puente de la nariz, la cintura por encima de la boca, y las piernas hacia la barbilla.
La cabeza de la figura, dibujada sobre la frente, muestra que nuestra manera de pensar y nuestro desarrollo intelectual se pueden ver en la frente.
La frente muestra la naturaleza intelectual. De vez en cuando se ve a alguien con una cara equilibrada y una cabeza grande y redonda. Estas personas tienden a ser visionarias de enorme poder. Son previsores, tienen buen criterio social y resistencia. Este tipo de personas es muy intelectual, incluso brillante.
La persona de cara yin posee ideales visiona- rios y espirituales. Estas personas son maravillosas enfer- meras, sanadoras o terapeutas. I heard he worked at Toshiba which made vacuum tubes. We are right in the middle of the Second World War. And then, in , there was this atomic bomb on Hiroshima.
You often talk about that terrible event in your seminars. And the other reason is because how lucky I am to be alive. I survived! In my generation, many people were killed. After the bomb Japan had a terrible time. So it helps me to remember that I survived and I had such a nice life.
Yes, when I was three years old we moved to another city in Hiroshima Prefecture named Mihara. This is where I was raised until 18 years old.
And then I went to university in Tokyo, so I left my family. I studied English literature in a college, and especially American black literature such as Richard Wright. This is what I majored in. Well, I wanted to go deeper in the study of black literature, so I wanted to go to America.
And also because it was and, you know, many interesting things happening there. So I asked my professor because he graduated in the USA. He introduced me to a college and helped me to prepare to go to America. This was the best and most prestigious school for Afro-American Studies. But when I was in my graduate year I needed some money to survive. By accident a new complex named Watergate opened later on it became quite a notorious , and close by the Kennedy Center also opened.
So I start giving shiatsu at the Watergate Health Club, and of course I knew only basic shiatsu, but everybody lliked me and was so fascinated. Many dancers from the Kennedy Center came and they loved my treatments. I was devastated, shocked, and disappointed in myself.
I left Washington DC at the end of First I treated only dancers and I specialized in their problems. This was the beginning of a shiatsu career! I just want to come back a few years when you started learning shiatsu. You said it was bit by bit.
With whom? And when? I studied mainly by myself, watching other people and reading many, many books. I imagine you alone in the Big Apple, knowing no one except dancers. How did you manage to become famous? You know, after the war, everything in Japan was destroyed and every day was a new one, so hard to live. Share your thoughts with other customers. Spanish View sij editions and formats Rating: Spanish View all editions and formats.
Wataru Ohashi ; Jaime Carrau Boter. The E-mail Address es you entered is are acupuntura sin agujas shiatsu in a valid format. Linked Data More info about Linked Data. Write a review Rate this item: The name field is required. You already recently rated this item. Alexa Actionable Analytics for the Web.
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